domingo

Cuando es noche en Okinawa

102

     Son las once de la noche y estamos solos en la cocina. Guido duerme desde hace rato.
     Sobre la mesa con los restos de la cena, un anotador lleno de números y una birome. Él mira hacia el techo, se levanta para corregir la dirección de la dicroica que le dañaba la vista. Vuelve al papel, hace otros cálculos. En voz alta leo una lista de requisitos para pedir un préstamo bancario. Somos adultos, tenemos un hijo, necesitamos una casa.
     Sabíamos que esto iba a pasar, pero no tan pronto. Sonia y Esteban llamaron ayer para avisar que adelantaron el viaje; vuelven en tres meses. Vicente está contento. Dice que nunca terminó de hallarse acá. Vamos a buscar una casa sin música. No sé si lo dice en serio o me está cargando. Con patiecito para poner unas plantas, que Guido pueda andar en triciclo…  Creo que es en serio.

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario