viernes

Cuando es noche en Okinawa

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     Isao me estaba esperando con el recorte de un diario doblado en un bolsillo del pantalón. Siempre usa pantalones con muchos bolsillos. Te vi mal el otro día, y me pareció que esto podía ayudar.
      Era la propaganda de un sistema de aislación sonora. Se instalaban unas placas en las paredes y el ambiente quedaba a salvo de cualquier ruido exterior.
     En cuanto llegué a casa, pedí un presupuesto. Carísimo, pero ¿y si era la solución?
     Durante la cena, le cuento a Vicente y piensa que es un delirio. Ese japonés tiene cada idea…
       Insisto un poco y terminamos peleando. Me ve llorar; esta vez no me abraza. Dice cosas que me suenan graves, No sé qué necesitás, qué tengo que hacer para que estés bien. Por toda respuesta, le señalo el recorte de diario. No lo puede creer. Andá a cagar.

  

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