sábado

Cuando es noche en Okinawa

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     ¿Vender la tintorería?  Ya no busca ser discreto, a pesar de que su hermano está a pocos metros. Quiero viajar a Okinawa. Pero el otro tiene ambiciones más conservadoras, mantener la fuente de trabajo, luego abrir una sucursal…
Isao no puede viajar si su hermano no le compra su parte del negocio. Y por ahora no logra convencerlo.
    Pienso menos mal que no se va, y también pobre Isao, cómo extraña a sus padres. Le digo que a ciertos deseos hay que incubarlos largo 1tiempo, acercarse a ellos de a poco con una energía gradual y constante como cuando se hornea una masa. Debe ser la primera persona a quien le hablo con esta templanza. Debe ser la madurez. Y de verdad siento que es así, que esto lo sé.


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