jueves

Cuando es noche en Okinawa

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      A veces pienso que se va a cansar de mí. Se lo digo y es peor, como si me asegurara de cansarlo. Tiene mucha paciencia…  pero sé que las aguas tranquilas son profundas.
      Me ve separar fotos que busqué de la caja, ¿Son para el japonés?  Se puso celoso; jamás lo va a reconocer. No vale la pena que le diga nada, sigue hablando de un proyecto para ampliar el taller. Pero algo tiñó su voz y juguetea con una miga de pan sin mirarme. Cambio de idea, trato de explicarle que Isao… No sé si me está escuchando; me calla con un beso largo.

  

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