miércoles

Cuando es noche en Okinawa



16
      

Paso por la tintorería, saludo al japonés y entro con cualquier excusa para saber si desde ahí viene la música. No se oye nada. Pero sé que al fondo tiene un patio que da a mi contrafrente.
Simpático, el chico japonés, mi vecino. Le habla a Guido y el bebé le sonríe. Le muestra los pececitos de colores que tiene en una pecera sobre el mostrador. Así que fanático de la música electrónica, pienso.
De noche no duermo por el bebé, de día me despierto en un infierno de sintetizadores. Le cuento a Vicente y se ríe. Opina que es otro de los contrastes de este barrio viejo.

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario